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Artículo publicado en: Sin categoría » Recursos de formación (num. 2)


Entonces, ¿cómo aprendemos?

Aprender nos va a permitir adquirir nuevos conocimientos o destrezas que nos servirán para actuar de una forma nueva ante los acontecimientos de la vida a los que nos enfrentemos. Este aprendizaje puede ayudarnos a afrontar adecuadamente las situaciones, aunque a veces, aprendemos conductas incorrectas, que nos llevarán a no ser demasiado hábiles en el manejo de esas situaciones.
Conocer cómo aprende el ser humano es un primer paso para diseñar estrategias de enseñanza potentes y eficaces que permitan al individuo desarrollar un alto potencial de conocimiento y destrezas que le sean útiles para su supervivencia.

Hay tres formas básicas en que aprendemos los seres humanos y algunos principios que rigen el aprendizaje.
 

Entonces, ¿cómo aprendemos?
Aprendemos por las consecuencias que se derivan de nuestra conducta
Aprendemos por imitación
Aprendemos siguiendo instrucciones

A partir de estas tres formas de aprendizaje se desarrollan métodos mas o menos complejos y elaborados: moldeamiento por aproximaciones sucesivas, con ayudas o sin ayudas, con error o sin error…Cada una de estas formas de aprendizaje tiene unas características distintivas: con una se consigue una enseñanza más rápida, otra contribuye a que el recuerdo sea mayor, otra da lugar a repertorios más creativos y flexibles…;y los formadores debemos ser capaces de decidir y planificar unos caminos u otros dependiendo del objetivo que se persiga, del tipo de repertorios que se pretendan enseñar, de las características de las personas implicadas en el proceso, de los recursos con que contemos, etc.

APRENDEMOS POR LAS CONSECUENCIAS QUE SE DERIVAN DE NUESTRA CONDUCTA.

Entonces, ¿cómo aprendemos? 5Cada una de nuestras conductas lleva asociada una consecuencia dado que usamos la conducta para conseguir cosas del ambiente que nos rodea. Por tanto, nuestras conductas se fortalecerán o debilitarán en función de la eficacia o ineficacia para conseguir las consecuencias esperadas.
Sabemos que aquellas conductas que van seguidas de consecuencias positivas tenderán a repetirse en el futuro y que aquellas conductas que van seguidas de consecuencias negativas tenderán a extinguirse en el futuro, las primeras porque nos sirven para obtener lo que buscamos en el ambiente, las segundas porque no nos son de utilidad.

Esto nos lleva a aprender por descubrimiento, es decir, por ensayo y error.
Cuando nos enfrentamos a un problema nuevo, empezamos a probar conductas de tal manera que aquellas que nos permiten solucionar el problema las incorporamos en nuestro repertorio conductual para usarlas en el futuro, mientras que aquellas que no nos sirven para solucionar el problema las descartamos. Partiendo de esta idea, podemos llegar a concluir que en formación equivocarse tiene un gran valor para el aprendizaje. El valor del error nos sugiere que podemos provocar intencionadamente la equivocación, para que se perciba, en un ambiente controlado, las consecuencias que pueden tener un error determinado en su vida. Tan importante es aprender lo que hay que hacer como lo que no hay que hacer.

APRENDIZAJE POR IMITACIÓN.

Entonces, ¿cómo aprendemos? 6Al observar cómo se comportan ciertas personas y cómo consiguen lo que desean emitiendo cierto tipo de conductas podemos aprender que imitando esos comportamientos nosotros también podemos conseguir esas mismas consecuencias.
Una de las formas de aprender es fijarnos en los demás, la mayoría de los niños y niñas se fijan en sus propios profesores y profesoras con lo que se convierten en un modelo, ya que lo ven como una persona segura de sí misma.
Antes de pedir a un alumno que haga por primera vez algo, sería deseable que le pidiéramos que nos observase y luego imitase nuestra conducta.
Por tanto, hemos de decir lo que hacemos pero también hacer lo que decimos.

APRENDEMOS SIGUIENDO INSTRUCCIONES.

No sólo aprendemos a través de la experiencia directa y de los modelos que observamos. El factor distintivo de los humanos es nuestra competencia verbal. No necesitamos exponernos u observar todas las situaciones posibles para aprender cosa nuevas. A través del lenguaje también conocemos la realidad y los posibles efectos de nuestros posibles actos.
Cuando algo lo aprendemos por instrucciones, ya sean orales ( una explicación en clase) o escritas (siguiendo un libro, etc.) este aprendizaje suele ser más rápido. Sin embargo la posibilidad de olvido es también más rápida y mayor. Además el comportamiento que se aprende bajo instrucciones suele ser flexible, menos creativo y menos sensibles a las contingencias que aparezcan.
Por tanto, además de reconocer la gran ventaja de contar con el lenguaje como medio ideal para los procesos de enseñanza-aprendizaje, debemos llamar la atención en que un abuso de las explicaciones sin más puede dar lugar a aprendizajes demasiados rígidos, que se olvidan muy pronto y de difícil transferencia a otros contextos.
No obstante gran parte del tiempo de nuestras clases lo ocupan las exposiciones de los profesores. Para asegurarnos un aprendizaje significativo, que ayude a minimizar estos posibles efectos indeseables, es conveniente que cuidemos la estructura de las exposiciones.

BIBLIOGRAFÍA
Amat, O. (1996). Aprender a enseñar (3º edición) Barcelona: Ediciones Gestión 2000.
Tipos de aprendizaje (Wikipedia)

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Información del artículo:

Fecha de publicación:
26 de enero de 2009

Autor/a:
Ismael Domínguez Santiago

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