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Artículo publicado en: Sin categoría » Recursos de formación (num. 2)


Las tecnologías de la información y la comunicación en el mundo educativo

1. INTRODUCCIÓN.

Esta emergente sociedad de la información, impulsada por un vertiginoso avance científico en un marco socioeconómico neoliberal-globalizador y sustentada por el uso generalizado de las potentes y versátiles tecnologías de la información y la comunicación  (TIC), conlleva cambios que alcanzan todos los ámbitos de la actividad humana. Sus efectos se manifiestan de manera muy especial en las actividades laborales y en el mundo educativo, donde todo debe ser revisado: desde la razón de ser de la escuela y demás instituciones educativas, hasta la formación básica que precisamos las personas, la forma de enseñar y de aprender, las infraestructuras y los medios que utilizamos para ello, la estructura organizativa de los centros y su cultura…De ahí la necesidad de que el profesorado reciba y tenga una «alfabetización digital» y una actualización didáctica que le ayude a conocer, dominar e integrar los instrumentos tecnológicos y los nuevos elementos culturales en general en su práctica docente.

A lo largo de este artículo podremos ver el papel que juegan las TICS en la esuela y cómo se integran en el currículo.

2. DESARROLLO.

Las principales funcionalidades de las TICs en los centros están relacionadas con:

  • Alfabetización digital de los estudiantes (y profesores… y familias…)
  • Uso personal (profesores, alumnos…): acceso a la información, comunicación, gestión y proceso de datos…
  • Gestión del centro: secretaría, biblioteca, gestión de la tutoría de alumnos…
  • Uso didáctico para facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje
  • Comunicación con las familias (a través de la web de centro…)
  • Comunicación con el entorno
  • Relación entre profesores de diversos centros (a través de redes y comunidades virtuales): compartir recursos y experiencias, pasar informaciones, preguntas…

La Alfabetización digital que en los centros se suele realizar en el aula informática, donde algunos profesores llevan a los estudiantes para realizar actividades didácticas diversas con programas educativos. A veces también para buscar información o realizar determinados trabajos (individuales o en grupo) con los procesadores de textos, editores de presentaciones multimedia… sin embargo, cuando las TICs se utilizan en el ámbito de una clase (por ejemplo mediante un sistema de «pizarra electrónica»), su uso en principio es parecido al que se hace con el retroproyector o con el vídeo, se mejoran las exposiciones mediante el uso de imágenes, sonidos, esquemas… y los métodos docentes mejoran, resultan más eficaces, pero no cambian. Con el uso de la «pizarra electrónica» en el aula, además se propician cambios metodológicos, en los que el alumnado puede participar más en las clases (aportando la información que ha encontrado en la red).

Cuando las TICs se utilizan como complemento de las clases presenciales (o como espacio virtual para el aprendizaje, como pasa en los cursos on-line) podemos considerar que entramos en el ámbito del aprendizaje distribuido, planteamiento de la educación centrado en el estudiante que, con la ayuda de las TICs posibilita el desarrollo de actividades e interacción tanto en tiempo real como asíncronas. Los estudiantes utilizan las TICs cuando quieren y donde quieren (máxima flexibilidad) para acceder a la información, para comunicarse, para debatir temas entre ellos o con el profesor, para preguntar, para compartir e intercambiar información…

Todo ello, la Era Internet, exige cambios en el mundo educativo. Y los profesionales de la educación tenemos múltiples razones para aprovechar las nuevas posibilidades que proporcionan las TICs para impulsar este cambio hacia un nuevo paradigma educativo más personalizado y centrado en la actividad de los estudiantes. Además de la necesaria alfabetización digital de los alumnos y del aprovechamiento de las TIC para la mejora de la productividad en general, el alto índice de fracaso escolar (insuficientes habilidades lingüísticas, matemáticas…) y la creciente multiculturalidad de la sociedad con el consiguiente aumento de la diversidad del alumnado en las aulas (casi medio millón de niños inmigrantes en 2004/2005 de los que una buena parte no dominan inicialmente la lengua utilizada en la enseñanza), constituyen poderosas razones para aprovechar las posibilidades de innovación metodológica que ofrecen las TIC para lograr una escuela más eficaz e inclusiva.

A pesar de las ventajas que conlleva el uso de las TICs en la escuela también encontramos ciertas limitaciones como que exigen recursos materiales (software, hardware) que son caros, determinados espacios y una cierta organización; ofrecen mucha información que a veces no es del todo fiable y se necesita formación para saber dominarlas.

Usualmente las páginas sobre TICs y educación dirigidas a los docentes vienen llenas de trucos y programas disponibles para los docentes. Esto es muy importante pues difunde el uso de programas que muchas veces son realmente «joyas» que facilitan nuestra labor educativa.

No obstante de que nos vale conocer más y más programas si no estamos en condiciones de usarlos adecuadamente. A veces falla lo más elemental. Conocer el funcionamiento básico de los programas nos exige una suerte de «conexión mental» con ellos, no sólo con uno, sino con la forma en que todos funcionan. La organización de los menús y submenús, la forma de acceder a información de ayuda y conocer atajos en el funcionamiento, la manipulación de imágenes, tablas, dibujos, fotos, así como la creación o edición de audio y video, etc. etc.

El uso de las TICs en la práctica docente nos lleva a que estén contemplada integradas en el currículo. Esto implica, según Jaime H. Sánchez, del Departamento de Ciencias de la Computación, Universidad de Chile, integrarlas a los principios educativos y la didáctica que conforman el engranaje del aprender. Esto es, empotrar las TICs en las metodologías y la didáctica que facilitan un aprender del aprendiz.

Surge entonces la necesidad de construir una definición propia de Integración Curricular de las TICs (en adelante ICT). Es por ello que nos parece fundamental definir qué es y qué no es integración curricular de las TICs, es el primer paso para decidir cómo y cuándo integrarlas al curriculum. Éste se entiende como el proceso de hacerlas enteramente parte del curriculum, como parte de un todo, permeándolas con los principios educativos y la didáctica que conforman el engranaje del aprender. Ello fundamentalmente implica un uso armónico y funcional para un propósito del aprender específico en un dominio o una disciplina curricular. Actualmente en la Ley Orgánica 2/2006, de Educación se contempla como una de las competencias básicas que deben tener desarrollada los alumnos al finalizar la etapa de educación primaria, con esto se garantiza la ICT. Finalmente, señalaremos la definición que de este término hace Gros para disponer de una idea más clara de lo que significa.

Gros (2000), en un libro reciente señala que la ICT es “utilizar las TICs en forma habitual en las aulas para tareas variadas como escribir, obtener información, experimentar, simular, comunicarse, aprender un idioma, diseñar….todo ello en forma natural, invisible…..va más allá del mero uso instrumental de la herramienta y se sitúa en el propio nivel de innovación del sistema educativo” (Gros, 2000).

3. CONCLUSIÓN.

Sin duda las nuevas tecnologías pueden suministrar medios para la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje y para la gestión de los entornos educativos en general, pueden facilitar la colaboración entre las familias, los centros educativos, el mundo laboral y los medios de comunicación, pueden proporcionar medios para hacer llegar en todo momento y en cualquier lugar la formación «a medida» que la sociedad exija a cada ciudadano, y también pueden contribuir a superar desigualdades sociales; pero su utilización a favor o en contra de una sociedad más justa dependerá en gran medida de la educación, de los conocimientos y la capacidad crítica de sus usuarios, que son las personas que ahora estamos formando.

Bibliografía
De Miguel, Carolina (2004): Las Tecnologías de la Información y la Comunicación en Educación Infantil y Primer Ciclo de Educación Primaria. Reflexiones y propuestas”. Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
http://dewey.uab.es
http://www.c5.cl/mici/pag/papers/inegr_curr.pdf

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Información del artículo:

Fecha de publicación:
26 de enero de 2009

Autor/a:
Rocío Ayuso García

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