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Artículo publicado en: Sin categoría » Recursos de formación (num. 2)


El método de proyectos. Una alternativa potente.

INTRODUCCIÓN:

Existe una gran variedad de métodos y técnicas de aprendizaje. Desde que somos pequeños hemos podido experimentar muchos de ellos: el profesor que lee el libro en clase mientras invita a los alumnos a que subrayen los aspectos que les parecen más relevantes. Clases magistrales del profesor (método seguido durante los primeros 70 años del siglo XX en España) basadas en exposiciones del profesor, donde ocasionalmente se hacía uso de algún material de apoyo como la pizarra o mapas.

Algunos más novedosos, como juegos de roles donde a cada alumno se le asigna un papel que debe desempeñar e interactuar con el resto de compañeros (el profesor también podría participar o ejercer de espectador). Realizar debates en clase donde se trabajen las capacidades de comunicación de los alumnos.

Por otro lado, los métodos de aprendizaje no tienen porqué estar obligadamente ligados al contexto del aula, sino que estos pueden desarrollarse en otras situaciones y escenarios, como pueden ser las excursiones y las visitas que se puedan realizar. Este tipo de actividades despiertan el interés de los alumnos y consiguen crear un clima favorable.

Es importante destacar que los métodos de aprendizaje no son estáticos ni independientes. Hay que tener en cuenta que en la práctica aferrarse a uno sólo de ellos es poco práctico e incluso contraproducente. Por ello es habitual encontrarnos profesores que practican combinaciones de varios métodos, dependiendo de las necesidades concretas de los temas a desarrollar y de otros factores (como el grupo de alumnos y sus características, los recursos disponibles, …).

EL MÉTODO DE PROYECTOS:

Además de los métodos o técnicas de enseñanza-aprendizaje que hemos expuesto existen muchos más y algunos de ellos realmente buenos. Uno de los aspectos que distinguen a estos es el papel que juegan los alumnos en todo el proceso.

En este sentido, podemos encontrar desde técnicas en las cuales el papel del alumno es absolutamente pasivo (en una clase magistral impartida por el profesor los alumnos son meros espectadores) hasta técnicas en las cuales los alumnos poseen un grado de autonomía y libertad muy amplio.

Es en este punto donde introduciremos el método de proyectos. Podemos definirlo como “el conjunto de actividades de aprendizaje, que tienen como eje conductor la resolución de un problema”.

A través de estas actividades los alumnos desarrollarán las habilidades y conocimientos necesarios para poder dar solución al problema. Es por tanto muy habitual que este método requiera el manejo de varias disciplinas, adquiriendo un enfoque integrador. Dicho esto, trataremos de concretar algo más.

En un primer momento el profesor planteará un problema al grupo de alumnos. Dicho problema ha de intentarse que sea un problema real (un caso práctico si estudiamos legislación o la construcción de un sistema de luces para una bicicleta, en el caso de la tecnología).

Una vez definido el problema o necesidad, el siguiente paso consistirá en la investigación: los alumnos realizarán el análisis del problema, lo irán dividiendo en ‘subproblemas’ hasta niveles que ellos sean capaces de atacar.

Aquí el profesor juega un papel importante, pues tendrá la misión de guiar el grupo en el transcurso de la actividad. Y en función del planteamiento de ésta y de las necesidades del grupo, los alumnos tendrán mayor o menor grado de autonomía.

Después de la fase de análisis se deberán proponer soluciones al problema, se diseñarán diferentes alternativas. De modo que al final, ya sea por consenso o impuesta por el profesor (de nuevo la capacidad de dar autonomía los alumnos es amplia) se elegirá una solución de entre todas la propuestas, con la intención de que el grupo siga trabajando en una sola línea.

La siguiente fase del proyecto consiste en planificar y programar las tareas a realizar, recursos necesarios… Se planifican las actividades y el tiempo necesario para el desarrollo de éstas. Se intenta especificar el tipo de organización de la clase, los materiales, los recursos.

A continuación entramos en la ejecución del proyecto. Esta actividad tiene una alto potencial de motivación y despierta el interés de los alumnos. Por tanto hay que aprovechar esta cualidad para trabajar con el grupo y desarrollar con más intensidad aquellos conceptos que son susceptibles de ampliar o reforzar.

La última fase del proyecto correspondería con la validación del resultado, junto con la tarea de autocontrol, con el objetivo de que los alumnos aprendan a evaluar mejor la calidad de su propio trabajo.

Durante esta fase, el rol del profesor es el de asesor, y su intervención estaría sujeta a que los alumnos no se pusieran de acuerdo en la valoración de los resultados.

Una vez finalizado el proyecto se lleva a cabo una discusión final en la que entre todos se comentan los resultados obtenidos. La función principal del profesor es la de facilitar al grupo una retroalimentación del resultado final y el proceso.

Hay que decir que las fases del proyecto que hemos expuesto son sólo una posibilidad. Es posible añadirle algunas más o dejar algunas sin hacer, en este sentido cada profesor tienen autonomía para prepararla según lo requiera tanto el proyecto como el contexto en que se desarrolla.

EL MÉTODO DE PROYECTOS EN EL ÁREA DE TECNOLOGÍA:

Al igual que otras áreas de conocimiento, el área de tecnología posee una estructura propia y definida que es la que le da su carácter y seña de identidad.

Es en el área de Tecnología donde el método de proyectos adquiere un significado propio. El método de proyectos es el eje vertebrador de la resolución de problemas tecnológicos.

Podemos definir la estructura del área de Tecnología de la siguiente manera; marcamos una serie de capacidades (objetivos) del área de la Tecnología que pretendemos que adquieran los alumnos. Podemos distinguir entre dos tipos de capacidades:

El método de proyectos. Una alternativa potente. 3

Capacidad nuclear: esta es justamente el método de proyectos. Es este método el que servirá de unión (es el núcleo) para relacionar el resto de capacidades que se pretende adquieran lo alumnos.
Y por otro lado una serie de capacidades que se trabajarán en torno al método de proyectos (conocimiento científico, conocimiento de materiales,..).

Pongamos en ejemplo para dar claridad: supongamos que el proyecto elegido (problema al que queremos dar solución) es la construcción de un sistema de luces para una bicicleta.

Nosotros centraremos todo el trabajo en torno al método de proyectos, este será el eje vertebrador y también una de las capacidades que se pretende que adquiera el alumno (el alumno debe aprender a trabajar con este método).

Por otro lado, para poder construir el sistema de luces, el alumno necesitará adquirir otras capacidades que se irán trabajando alo largo de el proyecto (conceptos eléctricos, sistemas de unión (para fijar las luces a la bicicleta), realizar bocetos y croquis, planificación y programación,..).

Es por tanto el método de proyectos una herramienta que nos permite trabajar otras capacidades, además de ser en sí misma una capacidad propia del área de tecnología.

CONCLUSIÓN:

En el sistema educativo actual, el principal objetivo de la enseñanza secundaria obligatoria es educar para la vida, es decir, formar a los jóvenes para que puedan desarrollarse, desenvolverse y relacionarse en la sociedad en la que viven y que se conviertan en ciudadanos activos y responsables.

Se pretende que los alumnos sean competentes, que adquieran una serie de competencias para poder vivir en sociedad. A través del área de tecnología y más concretamente mediante el método de proyectos trabajaremos una serie de contenidos para que los alumnos adquieran estas capacidades que les ayuden a ser competentes.

Es por tanto el método de proyectos una alternativa más a los métodos de enseñanza, que tiene un marcado carácter integrador, pues es punto de encuentro de diversas disciplinas y permite que al alumno adquiera una visión global tanto del proceso de enseñanza como de los resultados obtenidos.
Otra de las características del método de proyectos es su pretendido grado de realidad. Como comentamos al principio, cuando buscamos un problema al que darle solución se debe intentar que este sea lo más real posible. De este modo los alumnos se sienten mucho más identificados con el problema y se involucran de una manera mucho más activa e intensa.

De hecho, este método tiene su imagen en el mundo real, de modo que de la misma manera que es un método didáctico, es también una técnica de trabajo empleada en la mayoría de las factorías que abordan problemas tecnológicos.

Es por tanto que este método bien empleado tiene un alto componente motivador y generador de interés, en el que hay que tratar de aprovechar todo su potencial.

Las ventajas son varias:

  • El aprendizaje se realiza de forma integral
  • Se favorece la retención de los contenidos puesto que se promueve la comprensión del problema.
  • Se fortalece la autoconfianza
  • Se fomenta el aprendizaje investigativo.
  • La capacidades construidas y los contenidos aprendidos se pueden transferir fácilmente a situaciones parecidas, estaremos preparando en el alumno un andamiaje de conocimiento sólido y potente para enfrentarse a futuras situaciones y problemas.
  • Es un aprendizaje altamente motivador pues se abordan temas de carácter cotidiano y real.
    Resumiendo, tanto para el área de la tecnología como para cualquier otro área de conocimiento, el método de proyectos es una herramienta potente que puede resultar muy interesante y altamente eficaz. El uso de este método no está enfrentado con la inclusión de otros en determinadas situaciones, siendo por tanto la combinación de distintos métodos y técnicas un valor seguro en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Bibliografía
– Hernández, F. y Ventura, M.: «La organización del currículum por proyectos de trabajo». Graó. Barcelona, 1992
– Titote, Renzo (1979). Metodología Didáctica, 7a ed., Madrid: Ed. Rialp.
– Coll, César (2000). El constructivismo en el aula, 12a, España: Editorial Graó.
– Medina Rivilla, Antonio; Salvador Mata Francisco (2002). Didáctica General, 1a ed., Madrid: Ed. Pearson Educación, 436.

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Información del artículo:

Fecha de publicación:
12 de febrero de 2009

Autor/a:
Virgilio Cuadrado Cabezudo